Hoteles en Ávila - página 3.

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La provincia de Ávila conforma una perfecta mezcla de patrimonio cultural y naturaleza, estratégicamente situada cerca de Madrid y de fácil acceso. Su capital es pequeña, resguardada y muy coqueta, abierta al mundo, como reza su escudo. Sus valores patrimoniales la hicieron merecedora de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO allá por 1985.

Su fisonomía es la clásica medieval y rodeada por una muralla que prácticamente la abraza. Las calles serpentean de manera encantadora y permiten el disfrute de pequeñas plazoletas, casonas y edificios de gran valor. Sus edificios religiosos son de gran valor, con la catedral de El Salvador, la Basílica de San Vicente o los monasterios de Santo Tomás o La Encarnación como grandes atractivos. Pero, si la capital encierra sopresas gratas para el visitante, la provincia no le va a la zaga. El Vallé Amblés y Sierra de Ávila brinda preciosas arquitecturas de piedra natural y bellos pastos en un entorno que da maravillosos productos alimenticios.

El curso del río Tormes es otro de los accidentes naturales que vertebran la provincia. Junto a la Sierra de Gredos, el lugar más alto de Castilla-León, conforman un conjunto singular e imprescindible. Sus gargantas, senderos y lagunas son un bucólico lugar para encontrarse con la naturaleza más esencial y huir de lo cotidiano. Se puede visitar el nacimiento del Tormes en Navarredonda de Gredos y disfrutar de la más variada fauna ibérica, con especies de águilas, buitres y cabras en un entorno boscoso rico en castaños, pinos, robles o abedules. Otro río que surca Ávila es el Tiétar, lo que da lugar a un valle que registra las temperaturas más elevadas de la provincia, ya cerca de Extremadura. Allí florecen los cerezos en contraste con el blanco de las nieves de los picos cercanos. Es una zona cargada de pueblos pintorescos con calles empedradas, balcones atestados de flores y riquísima gastronomía. El Corneja es otro de los ríos abulenses, en un valle lleno de huertas y ganadería.

Por su parte, en el Valle del Alberche se realizan vinos de excelente factura gracias a su variedad de uva Garnacha. Es un lugar, además, idóneo para practicar deportes al aire libre, fundamentalmente los acuáticos. Ermitas, iglesias y puentes salpican los parajes de la provincia, que, además, tiene una surtida agenda de fiestas populares. La gastronomía de la provincia responde a diferentes variedades según las subregiones, pero tiene en algunos platos y productos su denominador común. Así, maravillas para el paladar son los asados de cordero y cochinillo en horno de leña, los chuletones y carnes de vacuno de las razas autóctonas, el pimentón, los guisos con cangrejos de río, patatas revolconas, yemas de Santa Teresa o sopas castellanas.