Navarra es una joya natural con salvaje Pirineo, suave y fértil Ribera, caminos y ciudades con historia y hasta desiertos. Navarra, como gran parte de la geografía nacional, está estrechamente vinculada al Camino de Santiago. Uno de sus puntos de partida es Roncesvalles, cuyo valor patrimonial está avalado por su Colegiata, la gótica iglesia de Santiago y la románica del Espíritu Santo. El Camino también surca Obanos, que presume de calles con sabor medieval, casas de cantería y de la ermita de Nuestra Señora de Arnotegi, que encierra el peculiar misterio de San Guillén y Santa Felicia.

Otro pueblo jacobeo es Puente La Reina, cuyo nombre sobreviene del puente que salva el río Arga. La Iglesia de Santiago El Mayor es uno de sus inmuebles más valiosos. Famosa por su huerta es Tudela, que también cuenta con atractivos culturales como el Monumento al Sagrado Corazón. Es una ciudad que destila sabores cristianos, árabes y judíos. Su Catedral es de estilo gótico cisterciense y claustro románico. Las iglesias y casas palaciegas se suceden por las evocadoras calles. Otro conjunto histórico-artístico imponente lo constituye Olite. El recinto amurallado encierra valores como las iglesias medievales de Santa María y la de San Pedro. Cerca está el soberbio Monasterio de la Oliva. También cerca del río Aragón se levanta el Castillo de Javier, en el que nació San Francisco Javier allá por el siglo XVI.

Otro punto de importancia cultural es Sangüesa, con su iglesia inicialmente románica con añadidos cistercienses de Santa María La Real. También es hermosa la iglesia de Santiago el Apóstol, del siglo XII. Rodeada de verde, Elizondo e la capital del Valle del Baztán. A pesar de su maravilloso entorno, el pueblo también encierra patrimonio en forma de casas señoriales e iglesias. Otra ciudad histórica de gran esplendor es Estella, de gran monumentalidad, en especial románica. La iglesia de San Pedro de la Rúa, el Palacio de los Reyes de Navarra o la iglesia de San Miguel son manifestaciones de este estilo. La Plaza de los Fueros, de corte neoclásico o el Convento de Santo Domingo, gótico son más que recomendables.

Pamplona, cuya imagen está ligada a los Sanfermines, es una ciudad histórica, de tradiciones y rico patrimonio. El Ayuntamiento, con su fachada barroca, la iglesia gótica de Santo Domingo, la catedral de Santa María La Real, construida sobre la antigua catedral románica o el Parque de la Ciudadela son unos pocos de sus muchísimos reclamos. En el Casco Viejo, hay centenares de bares y restaurantes para saborear la grandiosa gastronomía navarra, en la que brillan las alubias, los productos de la huerta como los espárragos, cogollos o alcachofas, los chuletones de ternera, los vinos de Navarra, etc.

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