Habria que definir mejor lo de encanto pues si bien es verdad que el entorno es encantador, no así el hotel, con un mobiliario obsoleto y espartano, sin bidet en la habitación superior y con la ducha rota y sin posibilidad de arreglo o cambio. Del personal..... casi mejor no hablar: antipáticos desde el primero al último... no pretendo que me echen flores al pasar, pero ni una sonrisa ni un gesto amable ni siquiera como contestación.... incluso en el pueblo de al lado, Liétor, son conocidos por su amabilidad .
Estancia en el hotel: Octubre 2009