En general el hotel se encuentra en condiciones aceptables, la habitación en la que nos alojamos estaba limpia y era funcional, su decoración típica de hotel de playa con sus años, necesitaría actualizarse. A mejorar, sin duda, las camas demasiado endebles, pequeñas… y también la puerta del baño se cerraba continuamente por sí sola. La zona es tranquila y puedes ir andando a muchos bares, restaurantes y tiendas de Roses en 5 o 10 minutos de ratio cuentas con una gran oferta. Cerca del hotel está el puerto y la playa, está bastante bien y cuenta con duchas, también puedes aprovechar para conocer otras de los pueblos colindantes, es una zona preciosa que te encantará. La piscina muy bien, además cuenta con bastante número de hamacas y sombrillas. La animación del hotel es pésima, poca oferta, sólo música en directo cada noche enfocada siempre a un público de mediana edad y en francés. El WIFI es gratuito para todos los clientes, te dan un usuario y contraseña que dura 15 horas, puedes solicitarlo en recepción las veces que quieras. En cuanto a las comidas, fuimos en régimen de MP desayuno y cena, no hay opción de desayuno y comida, el desayuno era bastante aceptable con los básicos que puedes tener en cualquier buffet de hotel, las cenas eran bastante deprimentes repetitivas, muchos fritos, mezclas de ensaladas que ya no sabías ni lo que eran, siempre los mismos postres…. Para aparcar difícil hacerlo en el propio hotel, cuenta con muy pocos huecos disponibles y siempre están ocupados, pero se aparca por las calles colindantes sin mayor problema.
Estancia en el hotel: Julio 2015