En general la estancia ha sido buena. Lo mejor el desayuno, muy rico todo, pan calentito y muy variado. Lo peor pasamos un poco de frío en las habitaciones y en el baño no había calefacción.

Es un hotel muy sencillo. El trato recibido por el personal ha sido estupendo en todo momento: Solicitamos almohadas suplementarias y nos las dieron enseguida, nos cambiaban las toallas todos los días y estaba todo muy limpio. La única pega es la poca variedad del menú. Entendemos que la calidad de la comida va en función del precio pagado, pero aún siendo sencilla, podría haber sido mucho más variada. Se echó en falta la presencia de yogures en el desayuno y las comidas y la fruta en el desayuno. Sólo la había en la cena, pero siempre era lo mismo, o manzana, o pera o ciruela. También se echó de menos que no hubiera huevos, pizza, la pasta era viuda sin bacon y había macarrones todos los días. En definitiva, que se puede poner un buffet que siga siendo económico pero mucho más variado que el ofrecido. Los colchones son muy duros, aunque te levantas con la espalda nueva y las almohadas son demasiado finas, pero como he dicho antes te dan otra sin problema. La piscina y el solarium, que están en la terraza, son estupendos. La piscina es chiqui pero tiene mucho encanto y hay unas vistas estupendas.