El hotel está muy bien, sobre todo el personal que es muy amable. La habitación es pequeñita, teniendo en cuenta que es un camarote, pero muy limpia y funcional. Nos cambiaron las toallas todos los días. Las vistas son preciosas y está en un lugar muy tranquilo. Para llegar hay que coger un barco gratuito que está activo hasta las 1:30 en laboral y 2:45 en festivo. El desayuno es poco variado, pero los croissants están buenísimos.
Estancia en el hotel: Agosto 2019