El hotel es un auténtico monumento con restos arqueológicos visitables. Las terrazas para tomar algo perfectas y el restaurante aunque algo limitado en su carta perfecto en el servicio. La recepción muy atenta y la piscina climatizada con el spa con unas vistas inmejorables de la montaña, muy relajante. muy céntrico.
Estancia en el hotel: Julio 2008