Si vais de negocios a Lisboa es un buen sitio, para turismo mejor otras opciones. Es un hotel situado junto a una carretera con 8 carriles que no paran de pasar coches, luego cada 5 minutos un avión aterriza en el aeropuerto y lo ves perfectamente y además si quieres dar una vuelta, te encuentras las vías del tren que te hacen tener que cruzar por un puente. El desayuno correcto sobre todo la bollería, y la insonorización de las habitaciones insuficientes sobre todo si te toca la habitación que da a la carretera. Para llegar al metro tienes que cruzar un pasadizo por debajo de la carretera, pasar al lado de la embajada americana y andar, andar, andar ...
Estancia en el hotel: Octubre 2009