Un hotel cómodo y, sobre todo, con una facilidad de aparcamiento, a un precio ajustado. Si vas a moverte en coche no tiene sentido irte a un hotel céntrico. Ojo, que si te vas a mover en transporte publico la ubicación está lejos de casi todo menos de la parte de oficinas de la Isla de la Cartuja. Bastante sufridas las instalaciones que reflejan el paso del tiempo en tapicerías y algún mobiliario, el restaurante con vistas al interior del Estadio Olímpico de Sevilla que también ha vivido tiempos mejores ofrece un buffet bastante completo destacar el buen café y zumo de naranja natural, mucha bollería, chacina, varios panes, cereales, platos calientes 3 y fruta. En las afueras de Sevilla, no es muy sencillo encontrar la entrada por la disposición del tráfico de la Isla que es de todo, menos intuitivo. Carta de minibar y roomservice con precios medios 10€ por una hamburguesa simple, las habitaciones tienen grandes ventanales a Sevilla, con un foscurit muy bueno, que bloque bastante bien la luz. El aire acondicionado/calefacción hace mas ruido del que me gustaría y el sensor de humo está toda la noche lanzando flashes rojos. Buen descanso con una cama ni rígida ni blanda, pedí una almohada alta y me la trajeron sin problemas. Una ropa de cama buena no excelente, con los ammenities justos gel y jabón, toallas cuidadas, cortina de la ducha en buenas condiciones y manguera sin problemas. Muy buena relación calidad/precio si la habitación + desayuno está por debajo de los 60€.
Estancia en el hotel: Marzo 2015