Hostal en buen sitio pero deja bastante que desear la habitación, más que la de un hostal parece una celda de castigo paredes sucias, ni un efecto decorativo por ningún sitio, las cortinas y colchas sin planchar el desayuno patético una bollería que parece que se ha recorrido todo Madrid de seca y dura. El zumo que te ponen si o si, se lo podían ahorrar, el colacao te lo echan ellos el cuarto de baño acogedor y práctico, la amabilidad de los conserjes estupenda y de una de las camareras igualmente.
Estancia en el hotel: Mayo 2014