Nos atendieron muy bien y pedimos una botella de Champan y nos cobraron muy buen precio, además pusieron unas chuchees. Deberían dejar la luz de entrada encendida siempre. No se veía nada y no había nadie. También el baño debería ser reformado.

El hotel es precioso y está muy céntrico, aunque no tiene parking no tuvimos problemas para aparcar en la misma calle. La habitación muy cómoda, con un diseño precioso rural y romántico pero a la vez moderno, muy limpia, al detalle y silenciosa. Recomendable 100.