Es una pena lo abandonado que está el hotel, los canapes de la cama a la vista sin forrar, el suelo desconchado, no hay ni boligrafo, ni cepillo de dientes, el minbar que ofrecen como gratis, solo contiene 2 botellitas de agua y 2 pepsis, la bañera ya ta, tan desgastada. El personal encantador, las señoritas de recepción son el colmo de amabilidad, buen hacer, atentas.. El Spa no pertenece al hotel, se paga aparte, unos 13 euros, nos tuvimos que salir, a las 5 de la tarde solo había parejas disfrutando mucho. Una pena, todo a oscuras, no veía ni por donde pisaba. Una pésima experiencia.
Estancia en el hotel: Diciembre 2012