Llegamos de Corfú sobre las 22:00 horas, nos ofrecieron una habitación en la cuarta planta. Al llegar a la misma el olor a insecticida era insoportable y la ventana no se podía abrir. Fuimos a solicitar que nos cambiaran de habitación, y alegaron que el hotel estaba lleno y que iba a ser harto difícil realizar ese cambio y además nos dijeron que ese aroma se trataba de perfume. Tras dime y diretes nos dieron otra habitación en la misma planta, permaneciendo ese mismo olor a insecticida con moscas y otros insectos muertos en la mesa que había al lado de la ventana, lo que evidenciada que acababan de fumigar las habitaciones de esa planta. Finalmente nos ofrecieron una habitación en la séptima planta VIP y nos dieron la gran opción de que si seguíamos percibiendo ese olor, pusiéramos el aire acondicionado. Lógicamente ni en esa planta VIP ni en la habitación olía a nada. Este hotel lo contratamos por la cantidad de 180 € por noche, desayuno incluido. El caso es que no nos pudimos aposentar hasta más de las 23:00 horas y nuestro vuelo salía a las 5 de la mañana, lo que significaba que a las 3:30 teníamos que estar en el aeropuerto. La salida que nos dieron para el desayuno fue servírnoslo en la habitación. Y así lo hicieron 2 tortillas con unas lonchas de bacon en una cama de lechugas, 3 ó 4 croissant y la misma cantidad de panecillos con mantequilla y mermelada, un café y un zumo de naranja, por el que nos quisieron cobrar 24 euros. Por supuesto le dijimos a la camarera que se lo llevara, que no íbamos a pagar un euro por un desayuno que estaba incluído. Finalmente tras hablar por teléfono con el director nos dejaron este desayuno en la habitación, el cual apenas probamos por el disgusto y por las prisas de tener que marchar al aeropuerto. No hemos calificado este hotel como malo, porque siendo honestos y a pesar de que se nota que las instalaciones son antiguas, la ubicación para coger un vuelo a hora temprana en Atenas es ideal, está justo enfrente del aeropuerto. Los baños y la habitación en general son muy confortables, pero no se puede alojar a nadie en unas instalaciones que están recién fumigadas y donde es evidente el olor a insecticida y no a perfume, con bichos muertos sobre la mesa. Y lo del precio del desayuno que estaba incluído en el precio que pagamos por la habitación, ya nos parece infumable.