El Domus Sessoriana es un lugar muy especial, las habitaciones son las antiguas celdas monásticas de la Iglesia Santa Croce in Gerusalemme, mucha amplitud y encanto en todos los espacios, una bonita terraza acristalada en la cuarta planta donde desayunábamos. El desayuno era sencillo pero más que suficiente, dado el precio de la estancia, y muy bien presentado. Buen trato y mucha tranquilidad en todo el hotel. Si vuelvo a Roma que volveré repetiré estancia en el Domus Sessoriana seguro.
Estancia en el hotel: Enero 2016