Estancia buena en relación calidad precio. Las camas eran estrechas pero confortables. Durante todo el día sonaba un pitido cada par de minutos, que supongo debía ser de la alarma contra incendios o algo así, pero que de noche se hacía insoportable. La wifi solo es gratuita durante media hora cada día, por lo que tuve que pagarla aparte para poner disponer de ella. Las paredes son estrechas, por lo que es fácil oír los ruidos de otras habitaciones. El desayuno amplio y el trato del personal correcto sin derroche de atención.
Estancia en el hotel: Noviembre 2014