Hoteles en Costa Mahdia

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Túnez es un destino de playa de primer nivel. Una de sus mejores zonas se concentra en torno a la costa de Mahdia, que ofrece bellísimas playas, tanto concurridas y cargadas de servicios, como más íntimas. En todo caso, suelen estar menos frecuentadas que las de otras zonas del país. Todas atesoran arenas doradas y aguas muy transparentes. No suelen presentar gran oleaje, por lo que son propicias para el windsurf, la vela, el kite y, por supuesto, para el submarinismo. Las más atractivas de la ciudad se concentran en su zona Norte. Todas las playas se encuentran a mano unas de otras, por lo que la comodidad de acceso es un punto a tener muy en cuenta.

La ciudad no es muy grande, pero concentra decenas de atractivos culturales y patrimoniales y todo el sabor del mediterráneo árabe. Se sitúa en una península y eso hace que no cuente con muralla, dado que está abrigada por el mar. El pescado fresco aquí es de primera calidad y está más que recomendado pasear por las callejuelas de la villa, plenas de olores y de sabores. Aquí las casas son blancas pero con las puertas y ventanas pintadas en vivos azules que compiten con el del cielo, casi continuo.

La Puerta Negra abre paso al visitante que quiere conocer la Medina, el casco antiguo. Callejuelas que desembocan en el mar, un zoco, plazoletas, mezquitas y cafeterías le otorgan un encanto especial. La cercanía al mar refresca sobremanera el ambiente con respecto a otras ciudades similares. Otro punto señalado el Borj El Khabir, una fortaleza gigantesca del XVI. Las vistas son increíbles desde aquí. También están recomendadas la Gran Mezquita, del siglo X originariamente; el cementerio marino, con tumbas blancas abigarradas sin mucho orden; el faro, con su señera torre roja; los restos de un puerto de origen fatimí que pudo ser también empleado por los romanos, y, por supuesto, el Anfiteatro El Jem, el tercero en extensión del mundo romano.

Pero la oferta vacacional en Mahdia es inmensa. Bares, pubs, discotecas, paseos en camello, mercados, paseos en barco e, incluso, un zoológico completan la lista de actividades a realizar.

La gastronomía es otra de las potencialidades del lugar, con delicias como el cous-cous, que, al igual que los tajines, guarda diferencias con respecto al marroquí. Las salchichas de cordero, los kebab, la muy picante harisa (crema de pimiento que sirve para acompañar platos), los ricos dulces árabes con dátiles, almendras o miel, los pescados frescos, tes, zumos, cordero o ensaladas harán las delicias del gourmet más exigente.