Una mezcla de malas y buenas experiencias. Iremos saltando de uno en otro, para que podáis valorarlo vosotros mismos. Por cierto, WIFI si, hay que pedirlo en la recepción en la entrada. La avenida tiene coches aparcados a ambos lados de la calle. Si llegas en la mañana, el aparcamiento, aunque posible, es más complicado porque alrededor hay centenares de oficinas que albergan a mucho público. No es sencillo encontrar el apartahotel porque es un edificio que no está a pie de calle. La puerta del edificio está tras un jardín parapetado por una valla y no parece sencillo encontrarlo. Un letrero a pie de calle estaría muy bien para ayudar. Un amable joven en la recepción me tomó datos y me pidió el bono de Quierohotel, todo correcto, no hace falta tarjeta de crédito ya que no tiene minibar ni zona de desayuno. Un par de máquinas vending para comprar algún refresco, aunque hay supermercados alrededor, por lo que si necesitas hacerte algo en la pequeña cocina, podrás hacerlo. Un amplio patio interior cubierto y un cartel inmenso de no fumar dan paso al ascensor (en mi caso la tercera planta me esperaba). La entrada a la habitación fue una bofetada a olor a tabaco. Nauseabundo (no soy fumador y nunca lo fui, por lo que el olor, en mi caso, era bastante desagradable). Un equipado cuarto de baño con sus amenities (gel, champú, jabón) y un salón con una mesa de cristal, unas sillas, un sillón orejero y una cocina con dos fuegos, una mini nevera (ruidosa, bájale el frio al mínimo, si no, se tira toda la noche haciendo ruido), micro ondas, fregadero y menaje de cocina. No la usé (la cocina), pero ahí estaba por si lo necesitaba. Un armario con la caja fuerte y una cama de matrimonio, ventana a la calle y un televisor desprogramado que solo tenía canales extraños. Ni siguiendo las instrucciones de un papel pegado en el mando a distancia pude ver una cadena normal, mucha televisión satélite y local, poca nacional (o no supe, que también puede ser). No tenía tiempo de quedarme, por lo que abrí las ventanas y las dejé abiertas todo el día. No regresé al hotel hasta la madrugada. La habitación seguía teniendo un olor insoportable a tabaco impregnado en ropa de cama y cortinas. Buena ropa de cama y unas toallas decentes en la ducha. Levantarse oliendo a tabaco no es agradable, así que ducha y salir corriendo. A la noche solicité el cambio y una amable joven me dijo que era imposible pero que me daban un purificador de ozono que dejé encendido toda la noche, mitigando muchísimo el desagradable olor. El apartahotel no tiene servicio 24 horas físico (tienes que llamar por teléfono si tienes algún problema). Te dan una llave que abre la puerta exterior y la llave interior es de tarjeta, por lo que cuidado si tienes que dejar algo enchufado cargando. Las habitaciones algo escasas de mantenimiento: alcachofa de ducha que no echaba un chorro por donde tenía, unas humedades en el techo algo desagradables, el inefable olor a tabaco, persiana que tuve que sacar del hueco porque se había dado la vuelta, pero en general suficientes para una noche de descanso. Las persianas funcionan bien y aísla de la luz. No hay mucho ruido en el edificio a pesar de que parece un edificio de estudiantes...Muy cercano al FIBES (muy cercano significa ir andando sin problemas), muchos bares y restaurantes alrededor (un desayuno de tostada con jamón y café con leche en el bar de enfrente 2'50€) y buena atención. Mucho aparcamiento si llegas cuando las oficinas cierran y un barrio desangelado, pero no daba sensación de peligroso. ¿Consejos para el huésped de Quierohotel? Solicitar habitación no fumadores y no hacia la calle, mejor hacia la espalda o un lateral, comer en la calle es barato y aparcar en la puerta no debe ser complicado. ¿Consejos para la gerencia? Arreglen lo de la habitación de fumadores/no fumadores y, sobre todo, den a elegir a sus clientes. La experiencia ha sido desagradable y molesta.
Estancia en el hotel: 17/11/2014