Hotel con encanto, servicio muy atento, muy buena habitación, buenas vistas, céntrico, la piscina es un rincón precioso, para darse un baño al final del día, la situación permite moverse bien por los pueblos de alrededor.

El apartamento tenía cocina, salón y dormitorio todo junto, yo esperaba que el dormitorio fuera independiente. Muy espacioso y muy bien situado en todo el centro del pueblo. Al lado hay una iglesia y me resultó molesto escuchar las campanadas a cada hora.

Ha sido muy bueno, el hotel es excepcional, la comida es buenisima y el trato muy amable.

Un fin de semana inolvidable.