En primer lugar por el conjunto de servicios, instalaciones, atención, etc., no merece más de dos estrellas este hotel. Comidas repetitivas y poca variedad. En el almuerzo nos cobraron por una botella de vino de mesa 8 euros, por la misma botella e idéntica marca en la cena nos cobran 16 euros, esto te pone encendido. Teníamos el spa incluido, una vez en él, que bajamos en bañador, nos preguntan que si queremos un masaje, mi mujer dice bueno vale. Entonces la chica dice que hay que pagarlo en el momento. Mi mujer le dice que lo apunte a la habitación que venimos en bañador y sin dinero. La chica insiste que no puede ser. Le dice mi mujer bueno empieza a darme el masaje y mientras mi marido sube a por el dinero. Nos contesta que no, que mientras no se pague nada de nada. Creo que no es el trato que merece un cliente que está alojado en este hotel. Jamás nos ha pasado esto, esa desconfianza suena más bien a impertinencia. Bueno ellos sabrán, desde luego no lo recomiendo para nada este hotel, falta de profesionalidad de sus trabajadores, nada de entretenimiento a sus huépedes, comidas repetitivas y poco variadas, el café por la mañana de los peores que he probado, inconsumible, etc,.
Estancia en el hotel: Octubre 2013