El hotel está muy bien, con instalaciones amplias, cómodas y limpias. El personal de recepción es muy atento y habla español. A nosotros nos dieron habitación en una novena planta desde la que, a lo lejos, se podían ver vistas interesantes. Andando se tarda 1520 minutos en llegar al casco histórico, lo que para nosotros no era demasiado. En cualquier caso hay metro cerca. Tienen aparcamiento propio, lo cual es de agraceder, pues el entorno es zona de pago y es difícil encontar sitio. Si vuelvo a Lisboa intentaría alojarme de nuevo en el mismo hotel.
Estancia en el hotel: Marzo 2013