El hotel está muy céntrico. Es sencillo y nada insonorizado porque se oyen los ruidos de las habitaciones contiguas conversaciones, ducha, cisterna, etc. De la calle, en cambio, apenas entra ruido porque los balcones tienen doble cerramiento y no hay apenas tráfico rodado. El desayuno, pobre, con mucho dulce y sin ningún embutido o queso. El trato del personal fue correcto.
Estancia en el hotel: Agosto 2013