El hotel es viejuno, a pesar de las reformas, la deficiente limpieza hace parecer el hotel más viejo de lo que realmente es. El buffet es variado al desayuno, aunque faltan frutas y los zumos son de muy mala calidad. En las comidas, muy repetitivo, mucha fritura, comida de sobre y congelada. El wifi es de pago y tremendamente abusivo en el precio. El personal de cocina muy atento y dispuesto. Destacar la doble puerta en la entrada de las habitaciones, que aisla mucho del ruido del pasillo.
Estancia en el hotel: Noviembre 2013