Mi experiencia no ha sido muy positiva, ya que el establecimiento tiene un acceso bastante complicado, cantidad de escaleras y para llegar a la piscina hay que recorrer 250 metros de distancia aproximada, ya que no se encuentra en el recinto del establecimiento, sino fuera, en la calle.
La recepcionista es de trato muy desagradable, ya que encontrándome con muletas, al preguntarle por las máquinas de vending, me insta a que acuda a la cafetería, me indica tras insistirle dónde están y, al ver que hay una mesa y una silla que no permiten el acceso a las mismas, le pido por favor si puede retirarme la silla, repitiéndome ella entonces que vaya a la cafetería, y entonces saliendo su compañero a retirarla para que pueda pasar. La habitación superior no tiene minibar.
Estancia en el hotel: Julio 2015