La habitación era cómoda, en la tercera planta, con el único inconveniente de que daba a la gasolinera y de madrugada algunos coches tocaron repetidamente el claxon despertándonos varias veces, pero eso no es culpa del hotel, sino de la buena educación de mis compatriotas españoles.
Muy buena ubicación si se llega a Cuenca en AVE, pues el bus deja muy cerca del hotel y tarda 10 m. Ese mismo bus L.1 le lleva hasta la pza. Mayor, evitando una buena subida. Desayuno correcto, no muy variado, pero rico lo único, a las 8.15 AM aún no estaban todos los platos preparados y teníamos prisa por una excursión.
Estancia en el hotel: Octubre 2016